Cuando tú subiste al cielo


Cuando tú subiste al cielo,

dejaste nuestras almas tristes y apagadas,

cuando tú subiste al cielo,

 ya no estaban esas caricias para calmar el llanto,

ni volví a escuchar esa voz firme, que me hablaba de la vida.

 

Cuando tú subiste al cielo,

me di cuenta que tenía que volar por mí misma y ya no a tu lado,

cuando tú subiste al cielo me estrelle contra mis propios planes inconclusos,

y por siempre inconclusos por que partiste.

El día que subiste al cielo bajo la luna,

lloro el viento y no borro ninguna huella

 

Desde que tú subiste al cielo,

en mi rostro nacieron ojeras,

de tantas noches vacías,

de canciones con recuerdos, ojeras

que se acentuaron venciendo un pasado

en el que sonreíamos con dulzura.

 

Desde que tú subiste al cielo de tanto pensarte,

y no tener ganas de nada excepto de ti,

se me caen los cabellos como reclamo

de que ya no estas para mimarlos.

Desde que tú subiste al cielo,

las calles en las que compartimos caminos,

 conversaciones y sueños,

jamás volvieron hacer las mismas.

 

Dejaste un gran vacío, desde que tú subiste al cielo,

y trato de encontrar algo de ti en cada persona,

en cada palabra, en cada gesto en cada acto,

anhelando escuchar tu voz o algo tuyo.

Cuando subiste al cielo,

llego la tormenta para mí,

y estará así por mucho tiempo,

más sé que ahí eres feliz,

siento que estas con Dios,

que Él ve tu sonrisa, y cuida de ti.


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